miércoles, 7 de febrero de 2018

Música y amor en el Medievo I: las Cantigas de Amigo


¡Hola a todos!

El amor es uno de los temas preferidos para ser representados en el arte. Se han pintado lienzos por amor, se han elaborado joyas para regalar a la persona amada, se han compuesto poemas ensalzando las mil y una virtudes de aquella persona que hacía estremecer el corazón del poeta. Y también se han compuesto canciones de amor. Se ha cantado al amor más que al odio, más que a la libertad, más que a la esperanza. Y esto da fe de la inmensidad de ese sentimiento, del enorme espacio que ocupa en nuestros corazones. Todos queremos amar y ser amados, y tener la suerte de haber encontrado a aquella persona que nos complementa nos llena de tanta felicidad que a veces nos asusta creer que pueda ser verdad.

Supongo que para muchos trovadores, cantantes y compositores esto tuvo que ser así también. A fin de cuentas, todos somos humanos y el amor ha estado presente en todas las épocas de la Historia de la humanidad. Como ya sabéis, soy una apasionada de la Edad Media y, como no podía ser de otra manera, su música tampoco me es indiferente. De todas las composiciones musicales de la Edad Media, he elegido las Cantigas de Amor y de Amigo para presentaros hoy porque son las más apropiadas para el mes del amor. Pero, ¿qué son las Cantigas?

Las cantigas son composiciones líricas que tienen su origen en la poesía tradicional galaico-portuguesa medieval. Aunque alcanzaron su época de esplendor en el siglo XIV, las composiciones más antiguas se remontan al siglo XII. Compuestas por juglares y trovadores, las cantigas estaban pensadas para ser cantadas, por lo que muchas de ellas tienen notación musical, y estaban destinadas por lo general a un público culto y cortesano, aunque hay cantigas de temática popular. Tenemos así las Cantigas de Amor, que son ruegos y elogios que el trovador dedica a su dama; las Cantigas de Escarnio e Maldizer, en las que se critica a personajes de la época o a instituciones de manera jocosa y burlesca; Cantigas Sacras, que versan sobre temas religiosos; y las Cantigas de Amigo, que suelen contener añoranzas por la ausencia del ser amado o gozo por el reencuentro.

Este es el primer post que voy a dedicar a este tema, así que empezaré por las Cantigas de Amigo.

Las Cantigas de Amigo tienen como tema principal el amor, pero a diferencia de las cantigas que llevan ese mismo nombre, las de Amigo suelen tener como protagonista a la amada, que suele lamentarse por la ausencia de su amado, al que se refiere como "amigo". Las Cantigas de Amigo tienen un toque melancólico y de añoranza hacia el ser amado, aunque también pueden expresar la alegría por el reencuentro. Normalmente están puestas en boca de una mujer, que mantiene un diálogo con su madre, sus hermanas o sus amigas, a las que confiesa sus pesares.

El simbolismo de las Cantigas de Amigo es muy notorio y remite constantemente al amor y a la sexualidad. Es frecuente encontrar referencias a la fuente, al río y al acto de lavarse las trenzas, lo que sugiere el encuentro con el amado y la consumación del acto sexual; en otras cantigas es habitual escuchar a la doncella hablando con el mar, pidiéndole nuevas de su amado. También es común la aparición del ciervo como símbolo del amigo.

Hay tres cancioneros principales que recogen gran parte de la lírica galaico-portuguesa medieval. De ellos, el más antiguo es el Cancioneiro da Ajuda, compilado posiblemente hacia 1280. Los otros dos, el Cancionero de la Biblioteca Nacional de Lisboa y el Cancionero de la Biblioteca Vaticana, son copias más tardías y recogen una gran variedad de cantigas, mientras que el primero solo recoge cantigas de amor. A estos tres cancioneros hay que añadir otros restos, de los que destacan dos pergaminos hallados con notación musical: el Pergamino Vindel, que contiene siete cantigas de Martín Codax, y el Pergamino Sharrer, con siete cantigas de amor compuestas por el rey Don Dinís de Portugal.




-Digades, filha, mia filha velida:
Porque tardastes na fontana fria?
Os amores ei.

-Digades, filha, mia filha louçana:
Porque tardastes na fria fontana?
Os amores ei.

-Tardei, mia madre, na fontana fria,
Cervos do monte a augua volvian:
Os amores ei.

-Tardei, mia madre, na fria fontana,
Cervos do monte volvian a augua:
Os amores ei.

-Mentir, mia filha, mentir por amigo;
Nunca vi cervo que volvess’o rio:
Os amores ei.

-Mentir, mia filha, mentir por amado;
Nunca vi cervo que volvess’o alto:
Os amores ei.

(Pero Meogo, Amigo 419)


Traducción

-Dime, hija, hija mía hermosa,
¿por qué tardaste en la fuente fría?
Amores tengo.

-Dime, hija, hija mía lozana,
¿por qué tardaste en la fría fuente?
Amores tengo.

-Tardé, madre, en la fuente fría,
ciervos del monte el agua revolvían.
Amores tengo.

-Tardé, madre, en la fría fuente,
ciervos del monte revolvían el agua.
Amores tengo.

-Mientes, hija mía, mientes por el amigo:
Nunca vi que un ciervo revolviese el río.
Amores tengo.

-Mientes, hija mía, mientes por el amado:
Nunca vi que un ciervo revolviese en lo alto.
Amores tengo.




Non poss’eu, madre, ir a Santa Cecilia
Ca me guardades a noit’e o dia
Do meu amigo.

Non poss’eu, madre, aver gasalhado,
Ca non me leixades fazer mandado
Do meu amigo.

Ca me guardades a noit’e o dia;
Morrer-vos ei con aquesta perfia
Por meu amigo.

Ca me non leixades fazer mandado;
Morrer-vos ei con aqueste cuidado
Por meu amigo.

Morrer-vos ei con aquesta perfia,
E, se me leixassedes ir, guarria
Con meu amigo.

Morrer-vos ei con aqueste cuidado,
E, se quiserdes, irei mui de grado
Con meu amigo.

(Martin de Ginzo, Nunes, Amigo 486)


Traducción

No puedo ir yo, madre, a Santa Cecilia
que me apartáis noche y día
de mi amigo.

No puedo, madre, tener placer,
que no me dejáis mandar recado
de mi amigo.

Que me guardáis la noche y el día;
voy a morir con esta porfía
por mi amigo.

Que no me dejáis mandar recado;
voy a morir con esta pena
por mi amigo.

Voy a morir con esta porfía,
Pero si me dejarais ir, me aliviaría
con mi amigo.

Voy a morir con esta pena,
y, si quisiereis, iré de buen grado
con mi amigo.




Quantas sabedes amar amigo
treydes comig’ a lo mar de Vigo:
E banhar-nos-emos nas ondas!

Quantas sabedes amar amado
treydes comig’ a lo mar levado:
E banhar-nos-emos nas ondas!

Treydes comig’ a lo mar de Vigo
e veeremo’ lo meu amigo:
E banhar-nos-emos nas ondas!

Treydes comig’ a lo mar levado
e veeremo’ lo meu amado:
E banhar-nos-emos nas ondas!

(Martín Codax, Vindel 5)


Traducción

Cuantas sabéis amar a un amigo,
venid conmigo al mar de Vigo.
¡Y nos bañaremos en las olas!

Cuantas sabéis de amor amado,
venid conmigo al mar agitado.
¡Y nos bañaremos en las olas!

Venid conmigo al mar de Vigo
y veremos a mi amigo.
¡Y nos bañaremos en las olas!

Venid conmigo al mar agitado
y veremos a mi amado.
¡Y nos bañaremos en las olas!




Sedia-m' eu na ermida de San Simion,
e cercaron-mi as ondas, que grandes son.
Eu atendend' o meu amigo!
Eu atendend' o meu amigo!

Estando na ermida ant' o altar,
cercaron-mi as ondas grandes do mar.
Eu atendend' o meu amigo!
Eu atendend' o meu amigo!

E cercaron-mi as ondas, que grandes son;
non ei [i] barqueiro nen remador.
Eu atendend' o meu amigo!
Eu atendend' o meu amigo!

E cercaron-mi as ondas do alto mar;
non ei [i] barqueiro nen sei remar.
Eu atendend' o meu amigo!
Eu atendend' o meu amigo!

Non ei i barqueiro nen remador:
morrerei, fremosa, no mar maior.
Eu atendend' o meu amigo!
Eu atendend' o meu amigo!

Non ei [i] barqueiro nen sei remar:
morrerei, fremosa, no alto mar.
Eu atendend' o meu amigo!
Eu atendend' o meu amigo!

(Meendinho, Nunes 252)


Traducción

Estaba yo en la ermita de San Simón,
y cercáronme las olas, qué grandes son.
¡Yo esperando a mi amigo!
¡Yo esperando a mi amigo!

Estando en la ermita ante el altar,
cercáronme las olas grandes del mar.
¡Yo esperando a mi amigo!
¡Yo esperando a mi amigo!

Y cercáronme las olas, qué grandes son,
y no hay barquero ni remador.
¡Yo esperando a mi amigo!
¡Yo esperando a mi amigo!

Y cercáronme las olas grandes del mar,
y no hay barquero ni sé remar.
¡Yo esperando a mi amigo!
¡Yo esperando a mi amigo!

No hay barquero ni remador,
moriré, hermosa, en el mar mayor.
¡Yo esperando a mi amigo!
¡Yo esperando a mi amigo!

No hay barquero ni sé remar,
moriré, hermosa, en el alto mar.
¡Yo esperando a mi amigo!
¡Yo esperando a mi amigo!


¡Y hasta aquí por hoy! Dentro de unos días os traeré algunas Cantigas de Amor, esperando que os gusten tanto como a mí. ¡Nos vemos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario