martes, 20 de diciembre de 2016

Código legislativo de la Novela Fantástica


¡Hola a todos y felices fiestas!

¿Qué tal estáis pasando el mes de diciembre? Espero que muy bien, sobre todo ahora que estamos en plenas Navidades y es uno de los grandes momentos de celebración del año. Yo todavía estoy con un poco de nostalgia por la Estelcon, pues me lo he pasado tan bien que me hubiera gustado que durara tres días más por lo menos. Pero dicen que lo bueno, si breve, dos veces bueno, así que toca esperarse hasta el año que viene. ¡Qué se le va a hacer!

Sin embargo, y ya que estamos con el tema Tolkien, esto me viene de perlas para sacar a colación la literatura de fantasía y relacionarla con otro post que escribí hace poco (¡madre mía, cómo hilo los temas!). Si seguís mi blog a menudo, habréis visto que el mes pasado le dediqué una entrada humorística a la literatura romántica y a la cantidad de tópicos que la salpican. Hacer una lista así ha sido bastante fácil, ya que todos somos unos genios de la crítica cuando se trata de echar pestes sobre algo que no nos gusta mucho. Pero, ¿qué pasa cuando se toca un tema que a nosotros nos gusta? ¿Qué pasaría si alguien al que no le gusta la literatura fantástica decidiera hacer un post igual de criticón que le mío? Pues anda que no le daría para hacer un artículo bien largo. ¡Será por tópicos en la literatura fantástica! Por eso, para que veáis que no hago favoritismos y que yo también sé ser crítica con las cosas que me gustan, hoy he decidido hacer de tripas corazón y dedicarle una entrada a los innumerables tópicos que salpican los libros de fantasía. Al igual que con el post anterior, si hay por aquí algún aficionado a este género literario le pediría que se tomara las cosas con humor y se riera un poco del género que tanto adora.

Abrochaos los cinturones porque vienen curvas.



  • Ley de los Dragones: En una novela fantástica, entre las muchas criaturas místicas que pueblan el mundo es casi obligatorio que haya dragones. Esto no tendría nada de malo si no vinieran acompañados por los inevitables jinetes de dragón, adolescentes con ínfulas de grandes guerreros que se piensan que son capaces de domesticar a los dragones como si fueran perros.

  • Ley del Viaje Obligatorio: En una novela fantástica, el héroe y sus amigos inician una aventura que conlleva tener que emprender un largo viaje hasta los confines del mundo para detener al villano in situ, antes de que su maldad se propague como la peste. Este estilo de narración viene de antiguo, de los tiempos de Tolkien… y de los años 80, momento en el que surgió una caterva de escritores que se dedicaron a imitar a Tolkien.

  • Ley del Mundo Interracial: En una novela fantástica, los héroes encontrarán múltiples pueblos y razas a lo largo de su aventura. Las más típicas son los elfos, los enanos y los humanos, aunque también puede haber razas de amazonas, criaturas feéricas o mutantes. Curiosamente, casi todos sus miembros dominan las técnicas de la magia y el combate muchísimo mejor que cualquier humano.

  • Ley del Quasi Racismo: En una novela fantástica, aunque existen todo tipo de razas y se pueden encontrar colores de piel tan extraños como el azul o el verde, por alguna razón será casi imposible encontrar personajes de raza negra.

  • Ley de la Muerte Ficticia: En una novela fantástica, el héroe tenía un padre o un antepasado que también fue un héroe muy famoso y reconocido en su juventud, pero que ahora está muerto. Sin embargo, en realidad el tío está vivito y coleando, esperando el momento preciso para aparecer de nuevo en la vida del héroe y aclararle las cosas.

  • Ley del Héroe Maldito o Ley de Eragon: En una novela fantástica, el pueblo natal del protagonista siempre es destruido. Esta ley se aplica a casi cualquier aldea, pueblo o ciudad por la que pase después el héroe, ya que parece que a este personaje le persigue la desgracia dondequiera que vaya.

  • Ley de la Profecía Irrompible: En una novela fantástica, siempre aparece un mago o una vieja adivina que formula una profecía acerca del funesto destino que le aguarda al mundo. Y da igual que el héroe haga mil cosas para impedir que eso ocurra, porque TODAS las profecías se cumplen y no hay nada que hacer.

  • Ley del Elegido: En una novela fantástica, el protagonista suele ser el Elegido que anuncia la dichosa profecía, ya que es el único del mundo que ha nacido bajo una constelación específica o tiene una marca de nacimiento muy rara. Pero lo más importante es que esto significa que ya nos han reventado el final de la historia nada más empezar, pues ya sabemos que el Elegido para salvar el mundo de la destrucción y derrotar al señor oscuro es nuestro querido protagonista.

  • Ley del Señor Oscuro: En una novela fantástica, la personificación del mal irá unida inefablemente al color negro. El villano es un señor/rey/dios oscuro que vive en una torre oscura situada en un país oscuro, y en su armario no hay más que ropa oscura. Sus motivaciones suelen ser dos: destruir el mundo y llegar a ser el mayor soberano de la tierra (¿Por qué querrá entonces destruirla? ¿Para empezar de cero?).

  • Ley de la Puntería Dudosa: En una novela fantástica, el héroe está rodeado por un ejército de guerreros armados hasta los dientes que, por alguna extraña razón, son incapaces de acertarle con sus espadas o sus flechas. Como mucho, le harán daño en un brazo o un corte en una mejilla.

  • Ley de la Evolución: En una novela fantástica, si ha habido una civilización anterior a la que se describe, ésta era mucho más avanzada que la actual y probablemente tenía algo que ver con los ángeles o con los dragones.

  • Ley del Objeto Sagrado: En una novela fantástica, si para evitar la destrucción del mundo es necesario reunir cinco amuletos, tres piedras milenarias o nueve cristales sagrados, el héroe tarde o temprano va a tener que ir a buscarlos. Lo más probable es que, después de haberse pasado diez libros dejándose la piel para encontrar los objetos, al final aparezca el villano y se los robe.

  • Ley de Jesucristo: En una novela fantástica, el villano nunca muere del todo la primera vez que lo matan. Siempre resucita de entre los muertos al menos una vez, normalmente reencarnándose en un ser más poderoso, antes de ser eliminado para siempre.

  • Ley del Club de los Cinco: En una novela fantástica, el grupo de aventureros se compone al menos de cinco personajes: el héroe, el amigo del héroe, la chica, el renegado y el mago. Todos y cada uno de ellos están para cumplir a rajatabla los clichés del grupo: el héroe es el líder, el amigo será el alivio cómico, la chica es la curandera, el renegado es el guerrero serio y mojabragas, y el mago es el guía sabio con barba de diez años.

  • Ley del Deus ex Machina: En una novela fantástica, da igual que el villano tenga todas las de ganar y todo parezca perdido. Por alguna razón inexplicable, el héroe siempre conseguirá sacar fuerzas de donde no las hay para derrotar al villano (la rabia le da una fuerza sobrehumana, sus aliados le prestan su energía, el poder del amor o la aparición de un personaje misterioso suelen ser las más vistas).

  • Ley de la Doncella en Apuros: En una novela fantástica, el héroe siempre se encontrará por el camino a una muchacha que ha sido secuestrada por los esbirros del villano para quién sabe qué malvados fines. A veces, esta doncella es la princesa de algún reino enemistado con el reino de origen del héroe, y su rescate supone el inicio de una alianza que ayudará a derrotar al villano. La doncella también puede unirse al grupo para ocupar el puesto de “la chica”, y con suerte será el interés amoroso del héroe.

  • Ley de la Taberna: En una novela fantástica, es obligatorio que el grupo de protagonistas pase al menos por una posada o taberna para sentarse a tomar unos tragos y hablar de su próxima misión. Sin embargo, esta ley suele ir unida a la ley del héroe maldito, por lo que cada taberna por la que pasen los héroes sufrirá el ataque de las fuerzas del mal o será incendiada esa misma noche.

  • Ley de la Edad Media: En una novela fantástica, la época elegida para ambientar la historia es la Edad Media europea. Aldeas, castillos, sistema feudal, vasallaje, juglares, princesas, espadas… todo está sacado de la Edad Media. El 98% de las novelas fantásticas cumplen esta ley a rajatabla.

  • Ley del Héroe Marginado: En una novela fantástica, el protagonista siempre es un adolescente huérfano que vive con sus tíos o sus abuelos en una casita alejada del resto de su aldea natal. Seguramente por eso nunca ha ido a la escuela y no tiene amigos (excepto una amiga de la infancia que está enamorada de él en secreto). Y a pesar de que durante toda su vida no ha sido más que un simple granjero, resulta que es un maestro de la espada o un mago con un potencial impresionante.

  • Ley del Gracioso Inmortal: En una novela fantástica, el personaje gracioso sufrirá las peores y más ridículas experiencias del viaje: caerse, estar a punto de despeñarse por un barranco, mancharse de barro, hacerse heridas de la forma más estúpida… Sin embargo, por grave o peligrosa que sea la experiencia, el personaje saldrá adelante, porque LOS PERSONAJES GRACIOSOS NUNCA MUEREN.

  • Ley del Lugar de la Muerte: En una novela fantástica, siempre tiene que haber una montaña, un templo, un desierto o un amasijo de ruinas que lleve este apelativo. En teoría se les llama así porque supuestamente son lugares peligrosísimos, pero el héroe y sus amigos siempre se las arreglarán para salir de allí con vida.

  • Ley del Clima Adverso: En una novela fantástica, el clima nunca le pone las cosas fáciles a nuestro héroe y su grupo de amigos. Si tienen que hacer una travesía por mar, se desatará una terrible tormenta. Si tienen que cruzar un desierto, fuertes vientos les dificultarán la tarea. Si tienen que atravesar una cadena de montañas, habrá una terrible nevada con la que no contaban.

  • Ley de los Extremos Comunicacionales: En una novela fantástica, el héroe suele ser un chico tranquilo y de pocas palabras. En cambio, la chica del grupo (que la mayoría de las veces es su novia) es exageradamente simpática y habla por los codos. Cuanto más callado sea el héroe, más extrovertida será la chica.

  • Ley del Hermano Irreverente: En una novela fantástica, si el héroe tenía un hermano y éste desapareció siendo él tan solo un niño, invariablemente acabará siendo el villano. Además, puede haber sido capaz de matar a sus padres, a sus abuelos, a su perro… pero al héroe le tiene un cariño especial y no intentará matarle en serio hasta el final de la historia.


¡Y nada más por hoy! Espero que os haya gustado y que os haya arrancado una sonrisa. ¿Echáis en falta algún tópico que habéis visto en alguna novela fantástica? ¿Creéis que me he pasado? ¿O que me he quedado corta? En cualquier caso, espero vuestros comentarios. 

¡Hasta pronto!

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