domingo, 1 de noviembre de 2015

La Princesa del mes: Mérida


¡Hola a todos!

Pues empezamos el mes de noviembre con muy buenas noticias, porque... redoble de tambooor... ¡He aprobado el máster! Sí, por fin me he librado de esa pesadilla que llevo arrastrando durante un año y que no me ha traído más que quebraderos de cabeza, llantos y frustración. Pero por fin todo ha terminado. Sólo me queda solicitar el título, con el consiguiente desembolso monetario, y ya tendré otro máster más en mi haber.

Aprovecho también para decir (y para hacerme un poco de publicidad, jejeje) que mi novela Es Nuestro Sueño ya está a la venta en Amazon en formato Kindle. Nada, por si os interesa leerla o recomendársela a alguien al que le pudiera gustar, ^^*. Estoy muy contenta con el resultado de la maquetación, la nueva portada y los cambios que le he hecho a la historia para pulirla un poco, porque creo que ahora ha quedado mucho mejor de lo que estaba antes. Eso sí, todavía no la podréis encontrar en formato libro porque estoy trabajando en su maquetación y para eso es necesario dedicarle muchas horas... pero espero que antes de Navidad esté disponible en Amazon. Sería genial, ^^*!

Ahora es cuando viene el momento de reflexionar sobre lo que quiero hacer con mi vida. Ya he terminado el máster y llega el momento de plantearse muchas cosas. A mi alrededor vuelve a pulular la palabra Oposiciones, lo que me genera una gran inquietud. No estoy muy segura de que eso sea lo mío, y menos a estas alturas de mi vida, pero tampoco puedo estar sin hacer nada. Voy a ponerme las pilas y a dedicarme por entero a llevar a cabo mi proyecto de vida. Soy muy consciente de que las cosas buenas no caen del cielo, sino que hay que luchar por ellas. Y eso es lo que voy a hacer: Luchar por lo que quiero. Y, como siempre digo: Sé que lo conseguiré.

Mientras tanto, os dejo aquí a la princesa Disney del mes, a la que tendré que imitar en arrojo y valor si quiero conseguir lo que deseo. ¡Hasta pronto!



Mérida




Nombre: Mérida
Rango: Princesa de nacimiento
País: Escocia
Edad: 16 años
Familia:
-          Rey Fergus (padre)
-          Reina Elinor (madre)
-          Harris, Hubert y Hamish (hermanos pequeños)

Amigos:
-          Angus (su caballo)

Esposo: No tiene
Canción: Volaré


Esta historia empieza en la antigua Escocia, país de frondosos bosques, prados de color esmeralda y poblado por criaturas de mágica condición. Los señores de este vasto reino eran los reyes Fergus y Elinor, quienes iban a celebrar el cumpleaños de su pequeña hija, la princesa Mérida. Debido a su carácter alegre y atrevido, el rey Fergus le regaló un arco y le enseñó a usarlo, a pesar de ser tan pequeña. Mientras practicaba, Mérida disparó una flecha que se desvió hacia el bosque. Al adentrarse para ir a buscarla, Mérida encontró un Fuego Fatuo, una luz mágica que guía a las personas a su destino. Cuando la familia se disponía a regresar al castillo, un gigantesco oso llamado Mor'du los atacó. La reina y la pequeña Mérida escaparon ilesas, pero el rey Fergus se enfrentó al oso, y por ello perdió la pierna izquierda.

Los años pasaron y Mérida se había convertido en una fuerte y enérgica adolescente. Sin embargo, su relación con su madre había sufrido un severo desgaste, ya que la reina Elinor, ejemplo de donaire y elegancia, había consagrado su vida a convertir a Mérida en una dama tan refinada como lo exigían las convenciones sociales. Pero el carácter de Mérida chocaba con esta forma de pensar, pues la princesa consideraba como ridículas las pretensiones de su madre y soñaba con poder vivir su propia vida a su manera. La situación empeoró cuando la reina Elinor presionó a Mérida para que se casara con alguno de los primogénitos de los líderes de los clanes vecinos. Pronto se celebrarían unos juegos en los que los candidatos debían competir por la mano de la princesa.

Aunque Mérida se negó una y otra vez a someterse al mandato de su madre, no le quedó más remedio que presenciar cómo los tres herederos de los clanes competían por su mano. Pero al ver que uno de los pretendientes había ganado la prueba de tiro con arco por accidente, comprendió que tenía que hacer algo. Recordó que sólo los primogénitos de los clanes podían competir por la mano de la princesa, y ella también era la primogénita de su clan, por lo que decidió competir por su propia mano. Experta como era en el uso del arco, Mérida ganó la prueba, humillando así a los clanes.

La reina Elinor reprendió la actitud de Mérida y la acusó de haber podido provocar un conflicto entre clanes. Enfadada por tal acusación, Mérida usó una espada para cortar el tapiz que había estado bordando su madre, en el que estaba representada toda su familia. Y la reina, viendo lo que su hija había hecho, le arrebató el arco y lo arrojó al fuego. Mérida, completamente destrozada, huyó al bosque.

En la floresta, Mérida encontró los Fuegos Fatuos que había visto una vez siendo sólo una niña y, recordando que esas luces la conducirían a su destino, decidió seguirlas y averiguar a dónde la llevaban. Al final del camino encontró una cabaña en la que vivía una extraña bruja que vendía figuras talladas en madera. Mérida le promete que le comprará todas las tallas a cambio de que elabore un encantamiento para "cambiar" a su madre. La bruja le entrega un pastelillo mágico y también le cuenta la historia de un príncipe que había pedido un encantamiento parecido, sólo que él quería obtener la fuerza de diez hombres.

Mérida regresó al castillo y, fingiendo congraciarse con su madre, le ofreció el pastelillo a la reina Elinor. Pero el encantamiento no salió como Mérida esperaba, pues su madre cambió, sí, pero sólo su cuerpo. La magia de la bruja había convertido a la reina en una osa de gigantesco tamaño. Con la ayuda de sus hermanos, los trillizos, Mérida consiguió huir con su madre al bosque para evitar que los hombres la cazaran. Su intención era volver a ver a la bruja y pedirle que anulara el hechizo. Pero al llegar a la cabaña, Mérida descubrió que la bruja se había ido y sólo le había dejado un mensaje, intuyendo que la princesa tendría problemas con el encantamiento. La solución que la bruja le dio para arreglarlo todo era que Mérida "remiende el vínculo que el orgullo rompió".

En el bosque, Mérida y su madre empezaban a llevarse mejor. Sin embargo, Mérida observó que el hechizo estaba convirtiendo a su madre en una osa de verdad, por lo que tendría que darse prisa para evitar que eso sucediera. Por casualidad, madre e hija encontraron otra vez a los Fuegos Fatuos y siguieron su rastro hasta unas ruinas antiguas. Allí descubrieron que el oso Mor'du fue una vez humano, el príncipe del que la bruja le había hablado a Mérida, a quien el hechizo para ser tan fuerte como diez hombres también le había transformado en un oso salvaje. Después de huir del ataque de Mor'du, Mérida se dio cuenta de que la manera de romper el hechizo de su madre descansaba en el tapiz que la reina Elinor había bordado: Mérida lo había roto por orgullo, y ahora era su deber repararlo.

Al regresar al castillo, Mérida descubrió que los clanes estaban a punto de desencadenar una guerra debido a las acciones de Mérida. Para arreglar la situación y, a la vez, hacer que su madre no fuera descubierta mientras subía a su habitación, Mérida habló a los líderes de los clanes y logró conciliarlos con sus palabras. Más tarde se reunió con su madre en la habitación donde estaba el tapiz. Pero la reina Elinor perdió su humanidad por unos momentos y estuvo a punto de atacar a su hija. El rey Fergus entró en ese momento y confundió a su esposa transformada con el oso Mor'du. La reina, sin saber lo que hacía, atacó a su familia e hirió a Mérida. Justo en ese momento recuperó la consciencia humana y huyó desesperadamente del castillo, perseguida por Fergus y el resto de los clanes para darle caza.

Con la ayuda de sus hermanos, convertidos también en oseznos por haber terminado el pastelillo mágico, Mérida consiguió escapar y remendó el tapiz por el camino. Fergus y los miembros de los clanes habían acorralado a Elinor, pero Mérida llegó justo a tiempo para evitar que la maten. De pronto, el oso Mor'du apareció y atacó a todos los presentes. Mérida estuvo a punto de ser atacada por el gigantesco oso demoníaco, pero su madre consiguió liberarse de sus ataduras y se enfrentó a Mor'du, al que venció después de hacerle caer encima un pilar de piedra de las antiguas ruinas. De ese modo, el espíritu del príncipe fue liberado y pudo descansar en paz.

Mérida cubrió a su madre con el tapiz, esperando que así se rompiera la maldición. Pero nada ocurrió. Destrozada por el dolor y la culpabilidad, Mérida abrazó a su madre y le confesó lo arrepentida que se sentía por todo lo que le había dicho y hecho, diciéndole también lo mucho que la quería. Y fue entonces, con las primeras luces del amanecer, que se obró el milagro. La reina Elinor y sus tres hijos se convirtieron otra vez en humanos, y la familia volvía a estar unida otra vez.

3 comentarios:

  1. Creo que Merida no es de Disny, es de Pixar (por esto precisamente, de hecho, ponen a Anna y a Elsa como las "feministas" de Disney, aunque la más feminista de Disney con diferencia es Mulan). Aún así, su historia es preciosa. Y habla de un amor tan verdadero como el romántico: el que existe entre madres de hijas ^_^

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    1. En realidad es de Disney/Pixar. La película "Brave" fue dirigida por ambas compañías de animación; de ahí que Mérida sea tan distinta a las princesas tradicionales (influencia de la Pixar) pero, por otra parte, que sea considerada una princesa Disney más (de hecho, aparece junto a las princesas Disney clásicas e incluso tiene su propia actriz para representarla en Eurodisney).

      La historia de Brave es muy bonita y distinta a las que estábamos acostumbrados. Pero aunque es una de mis películas de animación favoritas, creo que le falta algo. No sé... Ver a Mérida remendando el tapiz, como se supone que tendría que hacer una buena niña, no me acabó de gustar mucho (igual que el arma de Rapunzel fuese una sartén). Le falta algo a la historia, aunque no a su protagonista, que se parece mucho a lo que a mí siempre me hubiera gustado ser ^^*

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    2. Pues yo sí lo veo coherente. ¿Cómo no va Mérida a reparar el tapiz, si cree que es la única forma de que se rompa la maldición que convierte a su madre en oso? Y respecto a Rapunzel también lo veo coherente. Si ha vivido toda su vida encerrada en una torre con una "madre" que desde luego no la ha enseñado a combatir, quedaría muy poco realista que supiese manejar un arco o una espada. Y llevar un cuchillo es demasiado agresivo para una princesa Disney; se trata de que pueda golpear a sus oponentes sin matarlos, no de que se dedique a dar puñaladas traperas en los higadillos XD

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