viernes, 1 de mayo de 2015

La Princesa del mes: Bella


¡Hola a todos!

El año avanza rápidamente, como podéis ver, porque ya hemos llegado al mes de mayo y parece que sólo hayan pasado un par de semanas. Como quien no quiere la cosa, hemos llegado al mes de la primavera por excelencia, aunque eso depende del sitio, porque aquí en Galicia la primavera es algo que se considera una leyenda urbana debido en gran parte a que llueve mucho y los escasos días que luce el sol, resulta que no calienta. En fin...

Empieza también el mayor trajín de mi máster, que estoy deseando terminar de una vez (aunque eso no será posible por ahora, porque tengo que ir a septiembre). Pero también es época de buenas noticias, porque he decidido, después de mucho reflexionar y darle vueltas al asunto, tratar de autopublicar en Amazon. Así que, cuando tenga todas las cosas en orden, probablemente podréis encontrar mi novela a la venta, ^^*! ¡Deseadme suerte!

Ahora vamos a lo que vamos, que es la presentación de la princesa Disney de este mes, que además es mi favorita de todo el año.


Bella




Nombre: Bella
Rango: Princesa por matrimonio
País: Francia
Edad: 17 años
Familia:
-          Maurice (padre)
-          Madre (fallecida)

Amigos:
-          Lumière
-          Din Don
-          Señora Potts
-          Chip

Esposo: Príncipe Adam (la Bestia)
Canción: Madame Gastón


Érase una vez, en un país muy lejano, un joven príncipe que vivía en su resplandeciente castillo. Aunque rico y poderoso, el príncipe tenía el defecto de ser demasiado egoísta y consentido. Una noche de invierno, llegó a su castillo una anciana que le ofreció una sencilla rosa a cambio de que le permitiera resguardarse del terrible frío. Pero el príncipe, asqueado por el repulsivo aspecto de la anciana, despreció la rosa y la expulsó de allí. La anciana se transformó entonces en una bellísima hechicera y decidió imponerle al príncipe un castigo ejemplar. Por dejarse llevar únicamente por las apariencias, la hechicera lo convirtió en una bestia monstruosa y lo condenó a tener ese aspecto hasta que cayera el último pétalo de la rosa mágica que ella le había ofrecido. Si al cumplir los veintiún años había aprendido a amar a una mujer y ganarse a cambio su amor antes de que cayera el último pétalo, podría recuperar su aspecto normal; si no, permanecería condenado a ser una bestia hasta el fin de sus días.

Los años pasaron y la Bestia, encerrada en su castillo, acabó por convencerse de que el hechizo nunca se rompería, ya que nadie sería capaz de amar a un monstruo tan horrible y espantoso.

En un pueblo alejado del castillo, la vida discurre con normalidad y alegría para sus habitantes. Bella, una hermosa jovencita, vive allí con su padre Maurice, el inventor. Bella es una joven considerada muy peculiar entre sus vecinos, ya que le gusta mucho leer y rechazar las propuestas de matrimonio de Gastón, un petulante cazador que está muy acostumbrado a tener todo lo que quiere. Bella incluso se siente extraña en el pueblo, ya que tiene la sensación de no pertenecer a ese lugar.

Un día, Maurice consigue llevar a término una máquina que va a presentar en la feria de inventos con la esperanza de ganar un premio y convertirse en un inventor de renombre. Pero durante el camino, una manada de lobos le persigue, pierde a su caballo y ha de huir para ponerse a salvo. El único lugar en el que encuentra refugio es el castillo de la Bestia, aunque ignora qué monstruo vive en ese palacio. Cuando la Bestia descubre a Maurice, reacciona brutalmente encerrando al pobre hombre en un calabozo.

Cuando Bella descubre que el caballo de su padre ha regresado a casa sin su jinete, parte en busca de su padre. Al llegar al castillo, descubre que su padre ha sido encarcelado por la Bestia, un monstruoso ser que la llena de terror. Bella, sabiendo que su padre podría enfermar y morir si se quedara en los calabozos, le propone un trato a la Bestia: cambiarse por su padre. La Bestia, que se da cuenta de que Bella podría ser su última oportunidad para romper el hechizo, acepta. Le permite a Bella ir a cualquier lugar del castillo, salvo al ala oeste, lugar donde están las dependencias privadas del amo del castillo. Los sirvientes del castillo, convertidos en objetos por causa del hechizo, se convierten en los mejores amigos de Bella y la atienden en todas sus necesidades.

En el pueblo, Maurice pide ayuda a los vecinos para que vayan con él a rescatar a su hija Bella. Pero Gastón y los demás se ríen de él y de sus ideas sobre el monstruo que vive en un castillo. Gastón incluso tiene un plan para conseguir la mano de Bella: Acusará a Maurice de estar loco y hará que le encierren en un manicomio, a menos que la chica se case con él.

Mientras tanto, en el castillo, Bella desobedece la orden de la Bestia y se adentra en el ala oeste. En una habitación desvencijada descubre la rosa mágica flotando en el interior de una campana de cristal. Y, cuando está a punto de tocarla, la Bestia aparece y la expulsa del castillo entre gritos de furia. Bella huye bajo una tormenta de nieve, pero una manada de lobos la descubre y la ataca. Justo cuando está a punto de ser devorada por los lobos, la Bestia acude en su ayuda y espanta a los lobos, aunque sufre algunas heridas. Incapaz de dejarle abandonado bajo la tormenta, Bella lo lleva de vuelta al castillo y lo cura.

A partir de entonces, la relación entre ambos cambia. La Bestia se siente conmovida por el desvelo de Bella y quiere hacer algo para hacerla feliz. A sugerencia de Lumière y Din Don, la Bestia le enseña a Bella su inmensa biblioteca y se la regala. Con el paso de los días, Bella y la Bestia empiezan a llevarse cada vez mejor y a compartir muchos momentos de felicidad. Tanto uno como otro se dan cuenta de que están empezando a sentir algo muy especial, y eso queda de manifiesto durante la noche en que Bella y la Bestia comparten una velada romántica. Después del baile, Bella confiesa a la Bestia que es feliz, pero que sigue añorando mucho a su padre. La Bestia entonces le ofrece su espejo mágico, con el que puede ver cualquier cosa que desee, y Bella descubre, horrorizada, que su padre ha ido solo a buscarla al castillo y que está enfermo y perdido en el bosque. Sabiendo que no podrá detenerla y, como desea más que nada su felicidad, la Bestia permite a Bella que se marche con su padre, a pesar del dolor que le produce su marcha.

Bella encuentra a Maurice y lo lleva de vuelta a la aldea, pero las gentes del pueblo acuden en multitud para llevarse a Maurice al manicomio. Gastón le ofrece su ayuda a Bella si accede a casarse con él, pero ella se niega. Los aldeanos se ríen de Maurice al oírle divagar sobre el aspecto de la Bestia. Para demostrar que dice la verdad, Bella utiliza el espejo mágico para mostrarles que la Bestia es real, añadiendo que es un ser gentil y bueno. Gastón, a quien no se le escapa el afecto que Bella siente por la Bestia, la acusa también de estar loca e incita a la multitud a ir al castillo para matar a la Bestia. Para impedir que le avisen del peligro, Gastón encierra a Bella y a su padre en un sótano y lidera a la muchedumbre.

Cuando los sirvientes del castillo ven llegar a los aldeanos armados y con antorchas, se preparan para defender su hogar. Se desata entonces una feroz batalla en el interior del castillo, de la que resultan vencedores los sirvientes. Sin embargo, Gastón consigue escapar del tumulto, encuentra a la Bestia en su habitación y le dispara una flecha en la espalda. Gastón sigue atacando sin piedad a la Bestia, hasta llevarla a los tejados del castillo. La Bestia, desolada por la marcha de Bella, no opone resistencia alguna ni hace el menor intento por defenderse. Gastón arranca un pedazo de una estatua y amenaza con matar a la Bestia, pero Bella, que había sido liberada por el pequeño Chip, aparece en ese momento, lo que despierta en la Bestia el deseo de defenderse y luchar. 

La pelea continúa en los tejados del castillo, hasta que la Bestia consigue capturar a Gastón y amenaza con arrojarlo al vacío. Ante las súplicas de Gastón, la Bestia accede a dejarle vivir, pero le ordena que se marche. Bella llega por fin al balcón y llama a la Bestia, que siente una gran felicidad por su regreso. Pero en ese momento, Gastón ataca a la Bestia por la espalda clavándole un puñal, aunque no disfruta de su triunfo por mucho tiempo, porque pierde el equilibrio y se pierde para siempre en el vacío.

Bella intenta tranquilizar a la Bestia que, malherida, se despide cariñosamente de ella antes de expirar. Desolada, Bella llora sobre su cuerpo inerte y le confiesa que le ama; justo entonces, el último pétalo de la rosa mágica pierde su brillo y cae. De pronto, unas luces extrañas empiezan a caer del cielo y un extraño poder envuelve a la Bestia, transformándole por completo. Sus garras se convierten en manos, sus zarpas se transforman en pies y su rostro vuelve a ser humano una vez más. La Bestia vuelve a ser el hermoso príncipe que había sido antaño, aunque Bella no logra reconocerle; sólo sus inconfundibles ojos azules la convencen de que es el hombre del que se había enamorado. En el momento en que ambos se besan, la maldición se rompe por completo y todo regresa a la normalidad. A partir de entonces, en el castillo todo fue felicidad.

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